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Amar

Amar

Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.

Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras,
y pretender seguir tu pensamiento
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.

Amar es una cólera secreta,
una helada y diabólica soberbia.

Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.

Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa,
el rumor de tu sangre y la marea
de tu respiración acompasada.

Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce
hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.

Amar es una envidia verde y muda,
una sutil y lúcida avaricia.

Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta;
saciar a un tiempo la avidez nocturna
y morir otra vez la misma muerte
provisional, desgarradora, oscura.

Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse,
y el hambre de una boca atormentada
que pide más y más y no se sacia.

Amar es una insólita lujuria
y una gula voraz, siempre desierta.

Pero amar es también cerrar los ojos,
dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
como un río de olvido y de tinieblas,
y navegar sin rumbo, a la deriva:
porque amar es, al fin, una indolencia.

Xavier Villaurrutia

Mi cumpleaños

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 Hoy sería un día más, de no ser porque ayer quisiste celebrar mi cumpleaños bailando toda la noche y probando la tarta sobre mi piel. No sé si el regalo fue para mí o para ti, pero sin duda lo disfruté.  Gracias por dejarme dormir en tus brazos y desayunar con besos de café. Me quedo con tu sabor para el resto del día y una sonrisa dibujada en mi vientre. Hoy es un día especial porque quiero regalar amor, tanto o más como el que me has dado. Yo ya estoy felicitada, ahora deseo esa felicidad a todos los que hicieron posible cada momento de felicidad de estos últimos años.

Irracional, loco y absurdo

Irracional, loco y absurdo

«Me acordé de aquel de aquel viejo chiste, ya saben, es la historia de aquel tipo que va al psiquiatra y le dice: "Doctor, mi hermano está loco. Cree que es una gallina", y el doctor le responde: "¿Por qué no lo interna?", y el hermano replica: "Lo haría, pero necesito los huevos". Pues bien, así es poco más o menos como suelo ver las relaciones. Completamente irracionales, locas y absurdas; pero creo que las mantenemos porque... la mayoría de nosotros necesitamos los huevos.»
(Annie Hall, 1977)


Y no me importa admitir que mi cuerpo es más tuyo que mío, que necesito abandonarme a ti y entregarte mi alma. Confieso que me has encadenado a tus caricias y no dejo de pensar en ti. Pero ¿es posible que el sexo se clave hasta el fondo del sentimiento sigilosamente? ¿cómo pasa el deseo de la piel al corazón? ¿cómo se ama a un hombre?

La dama de Vinhlong

La dama de Vinhlong

La dama está en la terraza de su habitación, contempla las avenidas que corren a lo largo del Mekong, la veo al regresar del catecismo con mi hermano pequeño. La habitación está en el centro de un gran palacio de terrazas cubiertas, el palacio está dentro del parque de las adelfas y de las palmeras. Una misma diferencia separa a la dama y a la niña del sombrero de ala plana del resto de la gente del puesto. Así como las dos contemplan las largas avenidas de los ríos, así son las dos. Las dos aisladas. Solas, reinas. Su desgracia es evidente. Abocadas las dos a la difamación debido a la naturaleza del cuerpo que poseen, acariciado por los amantes, besado por sus bocas, entregadas a la infamia del goce hasta morir, dicen, hasta morir de ese amor misterioso de los amantes sin amor. De eso es de lo que se trata, de esas ganas de morir. Eso emanan ellas, de sus habitaciones, esa muerte tan poderosa que la ciudad entera está al corriente, los puestos de la selva, las capitales de provincias, las recepciones, los bailes lentos de las administraciones generales.

 

Fragmento de "El Amante", de Marguerite Duras .

Sin aire

Sin aire

Me ahogo en escena. El aire real es denso y plomizo, pesadez de normas y formalismos. Imposible respirar tras esta máscara que esconde los destellos rojos de individualidad y absorbe el gris espeso de la masividad. Los besos de nepentes me oxigenan de vida los pulmones, pero sé que no puedo abusar de esa peligrosa droga amada, pues lenta y dulcemente bajarán el telón; y aún tengo miedo a descubrirme tras la máscara y el maquillaje en el escenario...si tan sólo pudiera relajarme y oir los aplausos... pero en este teatro no hay espectadores, sólo actores que compiten por un trozo de escenario. Yo me conformo con ser parte del decorado durante unos días... hasta que recobre la voz...

Bogart & Bacall

Bogart & Bacall


Slim: "Sabes Steve, no eres difícil de comprender, sólo
algunas veces, pero en otras sé exactamente lo que vas a
decir, casi siempre, las otras veces....las otras veces
eres un canalla."

(Slim besa a Harry, al que se empeña en llamar Steve)

Harry: "Por que has hecho eso?".
Slim: "Solo queria saber si me iba a gustar".
Harry: "Y te ha gustado?".
Slim: "No lo he decidido aún".
Harry: "Y eso".
Slim: "Ya sabes que conmigo no tienes que actuar, Steve. No tienes que decir nada, ni tampoco hacer nada. Nada absolutamente. O quizas solo silbar. Porque sabes como silbar, no Steve?. Tan solo tienes que juntar los labios y ... soplar".

....

Harry:
No se cuando volverás a tu casa. Podría ser mucho tiempo.
Slim: Podría ser para siempre, ¿o tienes miedo de eso? Soy difícil de conseguir Steve. Todo lo que tienes que
hacer es pedírmelo.

Escenas de "To have and Have Not" (1944), dirigida por Howard Hawks.

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Hoy tengo la fantasía de dos personas condenadas a encuentros furtivos, al disfrute a escondidas; dos amantes cuyos encuentros son pecado y a la vez un atractivo desafío...¿un juego perverso? tal vez... pero hoy tengo la fantasía de no saber cuándo regresaré a casa...
¿Vuelta a la rutina? jamás... Feliz final de vacaciones.

La espera

La espera

(...)

- ¿Qué tal? ¿Mantienes la sonrisa?
- Sólo a medias... tendré que esperar al martes para recuperar el otro 50%...
- Pues es mejor que tengas el 100% en tu poder y ya el martes si quieres obtienes el 200%.
- ...mmm...es que son más las ganas cuando te falta el 50% que las ganas de duplicar el 100%...
- Bueno, eso ya lo discutiremos el martes, así que quedamos pronto para que nos de tiempo a ver la peli entera y después discutir.

 

 

 

Escoge lo que tu mundo será para ti

Escoge lo que tu mundo será para ti

 

 La gente siempre le echa la culpa a sus circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo en las circunstancias. La gente a la que le va bien en la vida es la gente que va en busca de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican.

 

 

 

 

 

Fragmento de la obra de teatro "La profesión de la señora Warren", de George Bernard Shaw .

Tocándonos

Tocándonos

Tendemos a tapar y a proteger los cuerpos desnudos, por eso son fácilmente humillados. Pero podemos aprender a manejarlos asumiendo su condición. Tocándonos, acariciando, descubriendo que en lo vulnerable hay una riqueza y una expresión de la excelencia humana. Tocándonos pueden peligrar nuestras integridades. Tocándonos descubriremos la variabilidad de la experiencia, la inmensa contingencia de nuestros artefactos protectores y, a la vez, su inutilidad cuando conseguimos reducir los avatares a nuestra potencia. Y tocándonos establecemos vínculos comunicativos profundos, nos destapamos y nos reforzamos precisamente ofreciendo nuestra fragilidad, mudos y desnudos, hacemos hablar a lo que no tiene palabra y creemos más, es decir, aprendemos e integramos nuevas experiencias y nuevas reaciones, comportamientos diversos, intenciones distintas. Pero sobre todo, aprendemos a tratar, con la misma fragilidad que nosotros somos, la vulnerabilidad que se nos ofrece. Y saber reforzarla, cubrirla o arroparla, tendrá que ser signo de excelencia. Es decir, de vida buena.
Es tiempo de volver al cuerpo, al cuerpo desnudo, de iniciar un conocimiento desde el cuerpo y tocándonos puede ser el comienzo de una renovada forma de comprensión de nosotros mismos.

Me abandono al no saber...

Me abandono al no saber...

Anoche me volví loca y no me diste tregua ni un sólo momento. Sabías que mi ansiedad no era por acudir corriendo a tu coche, sino porque tiemblo cuando estoy a tu lado. No sé en qué momento ahogamos el aire que se interponía entre nuestras bocas, no sé cómo pasó pero tu mano rozó mis piernas y quise perderme en tu cuerpo. Tu lengua me arrastró hasta tu casa y yo, obediente y osada, jugué a hacer míos tus labios con la embriaguez del deseo; y tú, mientras, me quitabas las botas en un lento amar. Y en la cálida luz de tu cuarto me cubriste con las sábanas para que no pasara frío...en el fondo sabías que estaba ardiendo con el calor de tu cuerpo, con tu mirada clavada en mi cara rebasando el deseo. "Estás radiante" me decías abrazándome con tus piernas y yo, bajo tu cuerpo deseaba fundirme con tu piel y lo sabías, por eso me desesperaste con la paciencia de un artista. Me volví loca y me dejé hacer. Fui tuya y me encantó. Me dejaste en casa aunque no querías, sabes que no he dormido con tanto frío en las sábanas. Pero hoy tengo que marchar y tragarme las ganas de surcar tu cuerpo con mis manos. Esta mañana cojo el tren a Valencia cargada de tu dulce aroma en mi piel, suspirando al recordar tu aliento y tu movimiento acompasado, mordiendo mis labios que saben a ti... Me voy sin comprender nada, sin entender los motivos de esta repentina felicidad. Me voy abandonándome al no saber si es deseo o es amor.
Cuando vuelva de Valencia, espero hacerlo con las ideas más claras y la cabeza más despejada, oxigenada por el Mediterráneo. Os traeré un poco de la luz del levante.
Besos a todos, besos...

Gestos

Gestos

Una mirada, un gesto,
cambiarán nuestra raza. Cuando actúa mi mano,
tan sin entendimiento y sin gobierno,
pero con errabunda resonancia,
y sondea, buscando
calor y compañía en este espacio
en donde tantas otras
han vibrado, ¿qué quiere
decir? Cuántos y cuántos gestos como
un sueño mañanero,
pasaron. Como esa
casera mueca de las figurillas
de la baraja: aunque
dejando herida o beso, sólo azar entrañable.

Más luminoso aún que la palabra,
nuestro ademán, como ella
roído por el tiempo, viejo como la orilla
del río, ¿qué
significa?
¿Por qué desplaza el mismo aire el gesto
de la entrega o del robo,
el que cierra una puerta o el que la abre,
el que da luz o apaga?
¿Por qué es el mismo el giro del brazo cuando siembra
que cuando siega,
el de amor que el de asesinato?

Nosotros, tan gesteros pero tan poco alegres,
raza que sólo supo
tejer banderas, raza de desfiles,
de fantasías y de dinastías,
hagamos otras señas.
No he de leer en cada palma, en cada
movimiento, como antes. No puedo ahora frenar
la rotación inmensa del abrazo
para medir su órbita
y recorrer su emocionada curva.

No, no son tiempos
de mirar con nostalgia
esa estela infinita del paso de los hombres.
Hay mucho que olvidar
y más aún que esperar. Tan silencioso
como el vuelo del búho, un gesto claro,
de sencillo bautizo,
dirá, en un aire nuevo,
su nueva significación, su nuevo
uso. Yo solo, si es posible,
pido, cuando me llegue la hora mala,
la hora de echar de menos tantos gestos queridos,
tener fuerza, encontrarlos
como quien halla un fósil
(acaso una quijada aún con el beso trémulo)
de una raza extinguida.

Claudio Rodríguez.

Por cada palabra que recuerdo guardo diez gestos en mi memoria... me gusta pensar que alguien pueda recordar mis gestos con ternura, por eso me empeño en hacer mío el viento, la luz y el canto de las aves para enredarme sin escrúpulos en el cálido ritmo de su baile.

Modales

Modales

Hasta las verdades más claras pueden volverse más claras aún.

Séneca.

 

 

 

 

 

Bestia adorada

Bestia adorada

Esta noche quiero hundir mis labios sedientos de embriaguez en el recuerdo de tu cuerpo.  Voy a perderme en la música de tus pasos firmes en la madera. Tu mirada profunda y fría desgarra mi pecho y magulla mis piernas. Desde el suelo trepo tu soberbia espalda sin hacer ruido. No quiero castigar tu carne, sólo notar como se embriaga mi mano de placer al palpar tu piel pulida por el acero. Quiero sepultar tu cuerpo junto al mío, monstruo arrogante, quiero envenenarte con el vino del pecado. Bebe de mi solitaria copa, bebe. ¿Notas cómo brota el fuego de mis dedos? Vertiginosa fiebre a tu lado. Esta noche voy a desnudar tu alma sorbo a sorbo. Saboreo tus flancos presa de tu peligroso aroma que enloquece el clima. Con mi languidez abriré una herida en tu pecho, allí derretiré la escarcha e incendiaré tu alma. Esta noche me beberé tu crueldad convertida en lágrimas de hiel. Bebe bestia adorada, esta noche no te vas a escapar.

Necesito el peso de tu cuerpo

Necesito el peso de tu cuerpo

Estoy tan liviana sin ti
que necesito el peso de tu cuerpo
como la rama del puñado de plumas
para poder cantar.
Por eso frágil ahora, inicio el vuelo
del arrullo hacia el encuentro.
Necesito el peso de tu cuerpo
para la danza genital que hace crujir
la quilla de mis huesos y me desarticulo
porque sólo perdiéndome en ti
logro encontrarme.
Sí, eres el eco de mis nuevos deseos.
El más antiguo calendario del amor
se repite en nosotros
y por eso sabemos que esta muerte
es una resurrección ya padecida.
Sálvame de la fragilidad de mi cuerpo
con el huracanado acento de tus músculos.
Entre tanto tapo la boca a los relojes
y me ovillo a la orilla de tus sueños.

Beatriz Zuluaga

El matrimonio no significa amor

El matrimonio no significa amor

Matrimonio: cada vez tengo menos fe... será porque algún germen o virus de infidelidad aguda ronda las tuberías de mi centro docente? para qué sirve el matrimonio (o cualquier compromiso) si no hay respeto?
Aunque resulte escandaloso para muchos, he de decir que entiendo las infidelidades, partiendo de que el deseo de lo ajeno es una tendencia que absolutamente todos los seres humanos hemos sentido, del mismo modo que el juego de la seducción tiene un componente misterioso, excitante, halagador y, por qué no divertido.
Creo que el límite lo marca el respeto que tienes por tu pareja, saber hasta que punto te compensa dejarte llevar o controlar el deseo. Tienes que valorar la situación y finalmente actuar y asumir todas las consecuencias (tanto si te conviertes en el/la eterno/a sospechoso/a o tienes que ver a tus hijos dos veces al mes, como si te pierdes el polvo del siglo o el romance más apasionado de tu vida). Valora, elige y asume. Pero no pidas peras al olmo porque en la vida siempre tienes que renunciar a algo/alguien para ganar algo/alguien.
Y con tanta tesitura y puntos flacos... no uses matrimonio para llamar a lo tuyo pareja estable.

 (A considerar: estoy en un proceso gripal, cualquier rasgo de agresividad verbal se atribuye a los efectos del dextrometorfano)

Leyendo el alma

Leyendo el alma

-¡Tenemos tantos puntos de contacto!-contesté-. Ciertamente no nos hallamos entre el reducido número de privilegiadas criaturas para el dolor y el placer, cuyas sensibles cualidades brillan al unísono, produciendo grandes ecos interiores, y cuyo nerviosismo está en armonía constante con el principio de las cosas. Colocadas en un medio en que todo es disonancia, esas personas sufren horriblemente, como su placer se exalta cuando tropiezan sensaciones y personas que les son afines. Pero existe para nosotros un tercer estado, cuyas desgracias no las conocen más que las almas afectadas por la misma enfermedad, y entre las cuales existen fraternas comprensiones. Muy bien puede ocurrir no estar ni bien ni mal impresionados; pero entonces un órgano expresivo cualquiera se apasiona sin objeto y llega a lanzar sonidos inarmónicos; una especie de contradicción del alma que se revuelve contra la inutilidad de la nada. La sensibilidad se desborda y llega a ocasionar melancolías inexplicables que ni siquiera pueden revelarse en el confesionario. Nuestros dolores comunes, ¿no he llegado a expresarlos?

La condesa, sin separar la mirada del sol, que comenzaba a ocultarse, me respondió:

-¿Cómo puede usted saber eso a su edad? ¿Es que acaso ha sido mujer?

-¡Oh!- respondí-. Mi infancia ha sido algo parecido a una enfermedad.

 

Fragmento de Lirio del valle, Honoré de Balzac .

Flor vencida

Flor vencida

Mis ojos analizan cada cara buscándote en la oscuridad, esperando encontrarte en este carnaval, rodearte del cuello con mis brazos y probar de tus labios el temible sabor del deseo. Sueños nocturnos que todavía refleja mi piel. Me acurruco en el recuerdo de tus ojos empañados por el placer. Radiante intimidad, el calor de mi cuerpo, el calor de tu vida. Te espero en el amor y me trago la angustia de tu ausencia mientras mis manos te dibujan sobre mi piel alborotada. Me ahogo en tu perfume y los latidos desbordan la lava que alimentaste con tu amor. Un velo rojo envuelve la cama en la que me agito al notar tus movimientos en la profundidad. Mis uñas desgarran las sábanas huyendo de la pesadilla de tu falta. Me clavo los muelles del silencio y lamo desesperada las heridas de este cuadro de orgullo corroído. Este cuadro de un color que me hace languidecer. Sólo he visto una vez mi rojo ideal, sólo cuando brotó mi cuerpo en tu alma. Como una flor vencida por el ardor del clima perezco en esta tela olvidada. Aquí espero a que vuelvas desde el oscuro abismo donde arrojaste mi corazón.

 

Querida Nora

Querida Nora

44 Fontenoy Street, Dublín

Amor mío, ¡no puedes sospechar el hastío que siento en Dublín! Es la ciudad del fracaso, del rencor y la desdicha. Anhelo marcharme de aquí.

Pienso constantemente en ti. Por la noche, al acostarme, es una verdadera tortura. No voy a escribirte en esta hoja lo que llena mi pen­samiento, la locura del deseo. Te veo en un centenar de posturas, gro­tesca, vergonzosa, virginal, lánguida. Querida, cuando nos reunamos, entrégate a mí con plenitud. Todo esto es sagrado, oculto para los de­más, debes darte a mí libremente. Deseo ser el dueño de tu cuerpo y de tu espíritu.

Hay una carta que no me atrevo a ser el primero en escribir y sin embargo espero que algún día tú lo hagas. Una carta sólo para mis ojos. Quizás tú la escribas y así se mitigue la angustia de mi espera.

¿Qué puede pasar ahora entre nosotros? Hemos sufrido y hemos sido puestos a prueba. Se ha desvanecido todo velo de vergüenza o desconfianza entre nosotros. ¿Acaso veremos cada uno en los ojos del otro las horas y horas de felicidad que nos esperan?

Nora, adorna tu cuerpo para mí. Cuando nos encontremos debes estar hermosa y feliz, enamorada y provocativa; llena de recuerdos, llena de deseo, ¿Recuerdas los tres adjetivos que utilicé en "Los muertos" al hablar de tu cuerpo? Eran estos: "musical, extraño y per­fumado".

Todavía laten celos en mi corazón. Tu amor por mí debe ser in­tenso y violento para que olvide completamente.

Nora, no permitas siquiera que pierda el amor que te tengo. Si pudiéramos seguir de esta manera juntos en la vida, podríamos ser muy felices. Déjame amarte, Nora. No mates mi amor.

Te llevaré un pequeño regalo. Todo es idea mía, y me ha costado mucho hacerlo como deseaba. Pero será siempre un recuerdo de estos días.

Querida, escríbeme y piensa en mí.
¡Qué representa una semana o diez días comparado con todo el tiempo de alegría que nos espera!

JIM

James Joyce , Cartas de amor a Nora Barnacle.

El joven Lovecraft

El joven Lovecraft

...

Are you ready?

Are you ready?

¿Preparado para el fin de semana? No olvides la cita, ni tampoco un beso al llegar y al irte, y sé discreto cuando mires alguna cadera paseante, vuelve a la cama y ámame sin tiempo. Amanece conmigo.