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la vie en Prose

Lo que desconozco de mí me hace ser yo

Lo que desconozco de mí me hace ser yo

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"¿Qué y cuánto de lo que no pensamos influye en lo que pensamos?"

Paul Valéry, Cuadernos.

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Hölderlin y la esencia de la poesía

Hölderlin y la esencia de la poesía

  «Lo que el hombre hace y persigue lo adquiere y merece por su propio esfuerzo. "Sin embargo -dice Hölderlin en duro contraste-, todo esto no toca la esencia de su morada en esta tierra, todo esto no llega a la razón de ser de la existencia humana." Ésta es "poética" en su fundamento. Pero nosotros entendemos ahora a la poesía como el nombrar que instaura los dioses y la esencia de las cosas. "Habitar poéticamente" significa estar en la presencia de los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas. Que la existencia es "poética" en su fundamento quiere decir, igualmente, que el estar instaurada (fundamentada) no es un mérito, sino una donación.

  La poesía no es un adorno que acompaña la existencia humana, ni sólo una pasajera exaltación ni un acaloramiento y diversión. La poesía es el fundamento que soporta la historia, y por ello no es tampoco una manifestación de la cultura, y menos aún la mera "expresión" del "alma de la cultura".»

  «Lo que dicen los poetas es instauración, no sólo en sentido de donación libre, sino a la vez en sentido de firme fundamentación de la existencia humana en su razón de ser. Si comprendemos esa esencia de la poesía como instauración del ser con la palabra, entonces podemos presentir algo de la verdad de las palabras que pronunció Hölderlin, cuando hacía mucho tiempo la noche de la locura lo había arrebatado bajo su protección.»

  M. Heidegger, Hölderlin und das Wesen der Dichtung, Frankfurt 1937.

  Os invito a leer tanto la poesía de Hölderlin como el ensayo y otras facetas de Heidegger; y por favor, dejad las novelas de templarios...
  Y tengo la osadía de dedicar este post a alguien que fantaseará con que pensé en él al escribirlo.

 

Condena

Condena

«Las mujeres de singular belleza están condenadas a la infelicidad. Incluso aquellas a las que las circunstancias benefician, las favorecidas por el nacimiento, la riqueza o el talento, parecen como perseguidas o poseídas por un impulso de destrucción de ellas mismas y de todas las relaciones humanas en que entran. Un oráculo las pone ante una alternativa de fatalidades.»

 

Theodor W. Adorno (Minima moralia) 

"Madame Bovary, c'est moi."

"Madame Bovary, c'est moi."

  "Y le pasaba la mano por los cabellos lentamente. La suavidad de esta sensación le aumentaba su tristeza; sentía que todo su ser se desplomaba de desesperanza ante la idea de que había que perderla, cuando, por el contrario, ella manifestaba amarlo más que nunca; y no encontraba nada; no sabía, no se atrevía, pues la urgencia de una resolución inmediata acababa de trastornarle.

  Ella pensaba que había terminado con todas las traiciones, las bajezas y los innumerables apetitos que la torturaban. Ahora no odiaba a nadie, un crepúsculo confuso se abatía en su pensamiento, y de todos los ruidos de la tierra no oía más que la intermitente lamentación de aquel pobre corazón, suave e indistinta, como el último eco de una sinfonía que se aleja."

 

Fragmento de Madame Bobary, de Gustave Flaubert .

La dama de Vinhlong

La dama de Vinhlong

La dama está en la terraza de su habitación, contempla las avenidas que corren a lo largo del Mekong, la veo al regresar del catecismo con mi hermano pequeño. La habitación está en el centro de un gran palacio de terrazas cubiertas, el palacio está dentro del parque de las adelfas y de las palmeras. Una misma diferencia separa a la dama y a la niña del sombrero de ala plana del resto de la gente del puesto. Así como las dos contemplan las largas avenidas de los ríos, así son las dos. Las dos aisladas. Solas, reinas. Su desgracia es evidente. Abocadas las dos a la difamación debido a la naturaleza del cuerpo que poseen, acariciado por los amantes, besado por sus bocas, entregadas a la infamia del goce hasta morir, dicen, hasta morir de ese amor misterioso de los amantes sin amor. De eso es de lo que se trata, de esas ganas de morir. Eso emanan ellas, de sus habitaciones, esa muerte tan poderosa que la ciudad entera está al corriente, los puestos de la selva, las capitales de provincias, las recepciones, los bailes lentos de las administraciones generales.

 

Fragmento de "El Amante", de Marguerite Duras .

Escoge lo que tu mundo será para ti

Escoge lo que tu mundo será para ti

 

 La gente siempre le echa la culpa a sus circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo en las circunstancias. La gente a la que le va bien en la vida es la gente que va en busca de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican.

 

 

 

 

 

Fragmento de la obra de teatro "La profesión de la señora Warren", de George Bernard Shaw .

Leyendo el alma

Leyendo el alma

-¡Tenemos tantos puntos de contacto!-contesté-. Ciertamente no nos hallamos entre el reducido número de privilegiadas criaturas para el dolor y el placer, cuyas sensibles cualidades brillan al unísono, produciendo grandes ecos interiores, y cuyo nerviosismo está en armonía constante con el principio de las cosas. Colocadas en un medio en que todo es disonancia, esas personas sufren horriblemente, como su placer se exalta cuando tropiezan sensaciones y personas que les son afines. Pero existe para nosotros un tercer estado, cuyas desgracias no las conocen más que las almas afectadas por la misma enfermedad, y entre las cuales existen fraternas comprensiones. Muy bien puede ocurrir no estar ni bien ni mal impresionados; pero entonces un órgano expresivo cualquiera se apasiona sin objeto y llega a lanzar sonidos inarmónicos; una especie de contradicción del alma que se revuelve contra la inutilidad de la nada. La sensibilidad se desborda y llega a ocasionar melancolías inexplicables que ni siquiera pueden revelarse en el confesionario. Nuestros dolores comunes, ¿no he llegado a expresarlos?

La condesa, sin separar la mirada del sol, que comenzaba a ocultarse, me respondió:

-¿Cómo puede usted saber eso a su edad? ¿Es que acaso ha sido mujer?

-¡Oh!- respondí-. Mi infancia ha sido algo parecido a una enfermedad.

 

Fragmento de Lirio del valle, Honoré de Balzac .

Querida Nora

Querida Nora

44 Fontenoy Street, Dublín

Amor mío, ¡no puedes sospechar el hastío que siento en Dublín! Es la ciudad del fracaso, del rencor y la desdicha. Anhelo marcharme de aquí.

Pienso constantemente en ti. Por la noche, al acostarme, es una verdadera tortura. No voy a escribirte en esta hoja lo que llena mi pen­samiento, la locura del deseo. Te veo en un centenar de posturas, gro­tesca, vergonzosa, virginal, lánguida. Querida, cuando nos reunamos, entrégate a mí con plenitud. Todo esto es sagrado, oculto para los de­más, debes darte a mí libremente. Deseo ser el dueño de tu cuerpo y de tu espíritu.

Hay una carta que no me atrevo a ser el primero en escribir y sin embargo espero que algún día tú lo hagas. Una carta sólo para mis ojos. Quizás tú la escribas y así se mitigue la angustia de mi espera.

¿Qué puede pasar ahora entre nosotros? Hemos sufrido y hemos sido puestos a prueba. Se ha desvanecido todo velo de vergüenza o desconfianza entre nosotros. ¿Acaso veremos cada uno en los ojos del otro las horas y horas de felicidad que nos esperan?

Nora, adorna tu cuerpo para mí. Cuando nos encontremos debes estar hermosa y feliz, enamorada y provocativa; llena de recuerdos, llena de deseo, ¿Recuerdas los tres adjetivos que utilicé en "Los muertos" al hablar de tu cuerpo? Eran estos: "musical, extraño y per­fumado".

Todavía laten celos en mi corazón. Tu amor por mí debe ser in­tenso y violento para que olvide completamente.

Nora, no permitas siquiera que pierda el amor que te tengo. Si pudiéramos seguir de esta manera juntos en la vida, podríamos ser muy felices. Déjame amarte, Nora. No mates mi amor.

Te llevaré un pequeño regalo. Todo es idea mía, y me ha costado mucho hacerlo como deseaba. Pero será siempre un recuerdo de estos días.

Querida, escríbeme y piensa en mí.
¡Qué representa una semana o diez días comparado con todo el tiempo de alegría que nos espera!

JIM

James Joyce , Cartas de amor a Nora Barnacle.

La insensata geometría del amor

La insensata geometría del amor

- Pidamos pronto -dijo sin alzar la vista del menú- porque me muero de hambre.


- Sí, pidamos pronto porque me muero de amor- me oí responder mientras cerraba la carta y la dejaba sobre el mantel con gesto negligente.

Susana Guzner