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Fantasmas

Fantasmas

   Lo siento. Puede que sea este frío de Madrid, las noches de noviembre... o tal vez es que ha pasado demasiado tiempo... pero no puedo soportar sentirme olvidada. Lo siento, no te gusta oirlo porque crees que así puedes evitarlo. Son tantas las veces que busco a alguien como tú, las que me pierdo cuando lo único que tengo de ti son recuerdos secretos... tan secretos que me da miedo no poder confirmar que fueron reales... tan inciertos que mi mente los mezcla con los minutos que paso pensando en ti, imaginando qué estarás haciendo, cuántos cigarros llevarás hoy, con quién estarás comiendo, si estas pasando frío, o si estás tan cansado que te has metido en la cama sin cenar. Y la angustia de saber que no me necesitas, que nuestras vidas nunca se cruzarán, que lo imposible siempre será imposible. No puedo más; eres un fantasma en mi vida, el puto fantasma que me ha hecho salir adelante tantas veces que ya te debo la vida. Tantas veces te echo de menos, tantas pasando miedo al pensar que mi vida, tal vez, también sea un fantasma sin sentido, formada por historias irreales que me alejan de mi carnet de identidad.

 

Lo que desconozco de mí me hace ser yo

Lo que desconozco de mí me hace ser yo

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"¿Qué y cuánto de lo que no pensamos influye en lo que pensamos?"

Paul Valéry, Cuadernos.

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Te acercaré a casa

Te acercaré a casa

 - Esta noche no voy a fingir. No voy a volverme una fantasía ni voy a tratar de excitarte con encajes. Esta noche no voy a susurrarte morbosidades al oído mientras me desnudas. Tampoco voy a hacer grandes acrobacias en la cama. Esta noche no.
  Quiero que me beses lentamente, que sientas mi aliento en tus labios, que nos respiremos, en silencio. Que tu olor se funda con el mío, quiero ese aroma en mi cabello. Tócame despacio, dibuja la curva de mi espalda. Acércate más y siente como me estremezco. Roza con tu dedo mis labios, intenta tocar el gemido de la inquietud. Siente el torrente y la agonía de mi cuerpo, la agitación de mis ojos que te llaman. Quiero que estés dentro de mí, que sientas que caemos juntos al vacío, perdiendo el conocimiento, tú sobre mí, yo sobre ti, lejos de esta habitación, lejos de todo el mundo...

- Qué romántica te has puesto...- interrumpe con una risa forzada.- Hoy no puedes quedarte a dormir así que después te acercaré a casa-. Fuma nervioso un cigarro en la cocina. Evita su mirada toda la noche y acaban la botella. Todo para no darse cuenta de que hace tiempo que sus polvos dejaron de ser polvos.

 

Otoño

Otoño

 Madrid empieza a tener demasiados recuerdos en sus calles. Esta luz, esta brisa, estos olores... todo me arranca escenas ya enterradas por mi cabeza. He conseguido eliminar recuerdos de otras estaciones... pero otoño... otoño siempre vuelve con una avalancha de historias escritas en el olor a lluvia, en los portales, en las farolas encendidas a media tarde... Cuando camino sola, reorganizo los estímulos y dibujo la historia... cuando soy consciente de los huecos de la memoria, me agito nerviosa afinando mis sentidos, y entonces caigo en mitad del asfalto, rodeada de gente anónima y ruidos incómodos... la ciudad se vuelve más real que nunca. Me apoyo en cualquier escaparate y me derrumbo. Necesito llorar, necesito recordar con todas mis fuerzas, necesito la poesía de otoños pasados.

Nadie

 

  Viéndome tan joven, rodeada de tanta gente, arrancando sonrisas y besos, rozando lujos y sueños de otros...
...nadie pensaría nunca que pudiera existir esta soledad triste y maldita.

La luna pasa de largo

 

  Nadie nos ve. No hay amor. No hay ternura. Las paredes nos miran enrojecidas incapaces de mantener nuestro secreto. Las ventanas intentan escondernos con el vaho de nuestro aliento. La locura de tu cuello retorciéndose con mi lengua hace girar la habitación. Un remolino de brazos y piernas se baña en el sudor adulterado. Paraísos artificiales y alcohol. La luna pasa de largo y los vecinos se drogan para dormir. Los gemidos queman los tabiques y la humedad gotea debajo de la cama. Clavo los dedos en la pared, sosteniéndola con tu cadera que cruje y se disuelve en la mía. Uñas que se hunden en las grietas. Dientes que se clavan en la carne. Sangre que pasa de una boca a otra. Los padres arrancan las orejas a los bebés, los viejos abren el gas, matrimonios que saltan del edificio, jóvenes que dibujan la vergüenza en sus muñecas. El amanecer también ha pasado de largo.

 

Noche nupcial

Noche nupcial

...y mi etilismo fue lo más parecido a una noche de bodas en toda mi vida...

  

 

 

 

 

 

Seca

Seca

  No han pasado suficientes horas para que llegue la tristeza. Todavía me duele tu paso por mi cuerpo. Ese dolor tan dulce que fulge a lo largo de la mañana, en cada movimiento, la plenitud de llevarte dentro de mí. Y me asalta la duda sobre la sensibilidad del cuerpo, que ya ha comenzado a gotear lentamente. Respiración entrecortada con lágrimas rodando por mis muslos. Mis manos se apresuran intentando frenar lo incontenible, tu humedad precipitándose por mis piernas como la caricia rápida de un adiós. De tu adiós. Cómo explicar mi desesperación por retener lo único que poseo de ti. Noto el vacío que deja en mi cuerpo cada gota que absorbe la tierra. Sed que obstruye mi garganta, mientras me abandonas dejando la tirantez de la sequía en mi pecho. El viento se lleva la última gota sin indulgencia. Mi cuerpo se derrumba, miro al cielo seco agrietarse y retengo con mi lengua el humo de un sollozo: mis manos y venas secas.

 

La Última Noche de Verano

La Última Noche de Verano

 

La pasión se hace trastorno esta noche. Tu deseo es que recuerde esta cita los días que quedan de verano. Mi deseo, que te lleves la despedida en tu maleta. Ambos queremos dedicarle al otro esta noche.

Nada de promesas, la vuelta tiene que ser el deseo de encontrarnos otra vez, como llevamos haciendo más de un año. Que pueda ser la última madrugada compartida no nos asusta. Seguramente sea lo que más nos excite, pensar que tal vez no vuelva a respirar tus gemidos o que no vuelvas a derramarte bajo mi piel...

Nuestra regla es no necesitarnos, y así, lo único que podemos hacer es verter todo nuestro sudor en las venas para propagar el deseo por todo el cuerpo, donde circulará incandescente nutriendo la carne, haciendo nuestro el cuerpo del otro, estemos donde estemos.

¿Y si no funciona? ¿Y si encuentras el antídoto a mi veneno en otras caderas? Entonces mi carne rota sangrará tus besos y la mezcla se convertirá en fango. Si así fuera, ten piedad, si algún día me apreciaste, no vengas a verme.

 

Luz viva

Luz viva

 

Suerte que aún te recuerdo.
Eres mi forma de no masticar la soledad estos días.
Olvido que la tierra gira, se desploma, mata, sabe a hierro, duele... La amenaza de la oscuridad es llevadera dibujando tu silueta en el cristal de la ventana. Dejo que la luz pase a través del contorno de tu cuerpo; cambiando a lo largo del día... la que más me gusta es la luz de poniente, roja, imita el latido, el color de tus labios, el dolor de la carne.
Tu figura atravesada por la luna, reflejada en mi piel, tocándome, sin poder atraparla.
Lamo el cristal helado deshaciendo tu recuerdo. La noche me sabe a plomo y lágrimas, el mismo sabor que tenían tus besos.

 

 

 

 

Coágulo

Coágulo

 

Era una beso para herir mi mejilla.
“¿Por qué no sangras?” Me abandonaste ofendido.
La sangre marchita se amontonaba en mi garganta.
Gasté el último hilo de voz en pronunciar tu nombre,
así se encharcó mi boca.
Y todo lo que bebí de tus labios se derramó en un instante.

 

 

 

Dulce tránsito

Dulce tránsito

 

Tu cuerpo se entrega y rehúsa. Siento el mundo latir en mis labios. La carne empapada de inquietud se expande por las sábanas.

Me miras atento, nada más dulce, tan tristemente dulce. Dulzura que moja tus ojos y moja las sábanas.

Mis gemidos resuenan dentro de ti, entran y salen de tu cuerpo abierto. El calor propaga lentamente el amor instantáneo.

Sigo gimiendo en tus brazos cada vez más triste, a la espera de la maldita frase que nos devuelve a la realidad. Tu voz insobornable: "Ésto sólo es follar." Y los besos se volvieron ligeros y transitorios.

 

 

 

No sé

No sé

 

 

Sin saliva. Labios adelgazados.La boca seca. El aire insoportable, asfixia.
No saber seguir viviendo sin verte, como solíamos, una vez a la semana. Lo mejor de la semana. Me quedo con lo peor. Con el final.
Con las preguntas. Con las heridas abiertas. Tus versos en mi piel rasgada. Envuelta en mi pelo renteniendo tu olor.
Las lágrimas condensadas pues juré no llorar, ése era nuestro trato.
Y no sé cómo vivir, sabiendo que nunca te vas a permitir quererme (ya empezabas a hacerlo, por eso huyes). Intento no pensar por no imaginarte follando con otras de la misma forma con la que me hacías enloquecer. No nombres a otras como me nombrabas a mí. Por favor, me siento tan insignificante. Sólo me queda dormir, dormir día y noche, para evitar que el dolor del vacío acabe por matarme.

 

 

Hölderlin y la esencia de la poesía

Hölderlin y la esencia de la poesía

  «Lo que el hombre hace y persigue lo adquiere y merece por su propio esfuerzo. "Sin embargo -dice Hölderlin en duro contraste-, todo esto no toca la esencia de su morada en esta tierra, todo esto no llega a la razón de ser de la existencia humana." Ésta es "poética" en su fundamento. Pero nosotros entendemos ahora a la poesía como el nombrar que instaura los dioses y la esencia de las cosas. "Habitar poéticamente" significa estar en la presencia de los dioses y ser tocado por la esencia cercana de las cosas. Que la existencia es "poética" en su fundamento quiere decir, igualmente, que el estar instaurada (fundamentada) no es un mérito, sino una donación.

  La poesía no es un adorno que acompaña la existencia humana, ni sólo una pasajera exaltación ni un acaloramiento y diversión. La poesía es el fundamento que soporta la historia, y por ello no es tampoco una manifestación de la cultura, y menos aún la mera "expresión" del "alma de la cultura".»

  «Lo que dicen los poetas es instauración, no sólo en sentido de donación libre, sino a la vez en sentido de firme fundamentación de la existencia humana en su razón de ser. Si comprendemos esa esencia de la poesía como instauración del ser con la palabra, entonces podemos presentir algo de la verdad de las palabras que pronunció Hölderlin, cuando hacía mucho tiempo la noche de la locura lo había arrebatado bajo su protección.»

  M. Heidegger, Hölderlin und das Wesen der Dichtung, Frankfurt 1937.

  Os invito a leer tanto la poesía de Hölderlin como el ensayo y otras facetas de Heidegger; y por favor, dejad las novelas de templarios...
  Y tengo la osadía de dedicar este post a alguien que fantaseará con que pensé en él al escribirlo.

 

Night Fever

Night Fever

  Irrumpimos con nuestros tacones en la fiesta, llena de mujeres con zapatillas, escoba y anillo en dedo. Al momento miradas clavadas en nuestras nucas. Las de ellas, con esa mezcla de admiración y odio. Las de ellos, con la lascivia de veinte años sin buen sexo. Y las nuestras, por encima de todas ellas. Sin poder evitarlo, como consecuencia del sentimiento de encontrarse en territorio hostil, nuestras lenguas comenzaron a retorcerse como sólo son capaces las buenas cirujanas de la realidad, diseccionando a cada invitado de la fiesta con la frialdad de la ciencia. Sólo algunos hombres no sufrieron la zootomía, aquéllos con los que decidimos jugar (de lo más asépticamente) tuvieron la indulgencia. La experiencia nos permitió divertirnos sin correr el riesgo de rasgar nuestros guantes de látex.

  Las copas fueron vaciándose una tras otra, también las nuestras. Nosotras, empezamos a acentuar los movimientos y la teatralidad. Las invitadas, ya en estado de embriaguez, buscaban su sexualidad perdida sin separar la escoba de su mano (casi es preferible: las que lo hacían, caían antes de empezar a bailar).

  El alcohol envalentonó a unos pocos verracos que ya habían desabrochado los primeros botones de la camisa. Goteaba saliva de su barbilla y se relamían mientras, en largas pausas, intentaban dar con una frase que nos llevara lo más rápido posible a su cama. Tópico tras tópico sólo obtenían como respuesta bostezos. Tras una copa y varios cigarros desaparecíamos, dejando los escombros para que los recogieran las rapiñas que merodeaban atentas cerca de la barra.

  Juntas vamos al baño a perfilar con fuerza los ojos y dar volumen al pelo. Todavía nos quedan unos cuantos bailes antes de volver a casa en taxi comentando el fracaso de la noche.

 

Dominancia

Dominancia

 

   La individualidad implica que estemos separados, y esa separación implica el dolor; nada satisface al ser incompleto con sed de ti. Solución: no hay ninguna. Este fatalismo no lleva a nada. Haré como siempre: no me sujetaré al sufrimiento, te buscaré y la pasión será lo único que me ocupe (adiós tristezas a corto plazo). Me estoy aficionando a ti con tal violencia que ya has aprendido a domesticar mi ansiedad para evitar que te muerda. Ahora espero sentada en la puerta, con la pelota en la boca, esperando a que vuelva mi amo a casa para jugar conmigo.

 

 

 

 

 

 

El pacto que me queda

 "¿Y cómo devolver a mi vida la luz
de la mañana, las lágrimas nocturnas,
el asombro del mar, los silencios del mirlo,
el tiempo de una tarde inacabable?

  ¿Y cómo devolver sus diferencias
al dolor y a la dicha,
y ser los dos amados por igual,
pues completan los dos el sabor encendido de la vida?

  Cuando la edad es ya desventurada
y es un pétalo el día,
y apenas quedan rosas,
no es posible que el mundo pueda ser recobrado.

  Acógete a unos ojos, sólo jóvenes,
y descubre con ellos el mundo que perdiste.
Y que te miren luego, para ser aún del mundo."

  Francisco Brines. El Otoño de las Rosas.

 

Anoxia

Anoxia

 En el fondo no esperaba encontrar nada... como mucho los restos de la vida pasada. Era el juego de aprovecharme de su confianza cuando me dejaba durmiendo en su cama y él se iba a trabajar... y como tantas otras mañanas, antes de abandonar el escenario, me divierto construyendo los secretos pasados que no me cuenta con cada foto/objeto/nota que conforma su espacio más íntimo. Siento el morbo de remover en tierra ajena buscando fósiles que me faciliten la compresión de un mundo (cada vez menos) desconocido. No esperaba encontrar nada... pero junto a una hoja de un email impreso de su antigua mujer con la tasación del piso, ahí estaba. Una carta. Mediados de marzo de este año. No quería leerla pero mis ojos avanzaban por el cuerpo de la carta, contra mi voluntad, llevándose mi respiración y mi equilibrio en cada línea.

 

 

Critícame

Critícame

  Hace meses que el Doctor escribió una crítica acertada sobre mi blog. Quería agradecerte (más vale tarde que nunca) el tiempo y el trabajo dedicado. Te envío desde aquí un beso enorme de una adicta a tu blog propagador de urticarias, risas, y curas de orgullo. Gracias.

 "Si existe una verdadera dificultad en la sobrevalorada blogosfera a la hora de enfrentarnos a un post, aparte de conseguir el extraño milagro de no aburrir a la escasa concurrencia que, como en los bares, entran no al mejor, sino al más concurrido, es escribir sobre erotismo sin caer en los manidos tópicos que siempre redundan sobre los contoneos, más o menos disparatados, y normalmente más fantasiosos que reales, relacionados con el amante de turno o con el deseo desaforado ante lo que no se tiene
Rouge, a pesar de encontrarnos con un diseño agradable, que no original, en el que el rojo suave inunda los ojos del circunstancial lector con la misma suavidad con que escuchamos un poema sinfónico de Satie, este blog no se escapa a estos tópicos, usados, y casi gastados de tanto uso.

Arrancando con la fuerza de un corredor de fondo no entrenado, nuestra autora postea con celeridad durante los primeros meses, hasta que se cansa, y se apaga como una cerilla cuya llama ni siquiera ha llegado a la yema de nuestros dedos.

Careciendo de mayor interés la mayoría de sus post, nos encontramos con alguna recóndita joya en forma de biografías apuradas o de textos ajenos, aparte de un reencuentro, tímido y oculto, consigo misma en sus últimos post.

Es una lástima, habida cuenta los diminutos, casi ínfimos e íntimos, destellos con que salpica algunas entradas, que caiga en lo mismo de siempre, cuando al menos en su caso, podría escribir con mucha más personalidad y fuerza que otros blogueros que se dicen a sí mismos escritores de lo erótico.

A veces hay que arriesgarse a ser más irreverente, cruzar los umbrales que en el fondo de todos y cada uno de nosotros, pelean por escapar de la rutina.

La blogosfera, aparte de ser un abanico de idioteces masivas, debería ser un elemento catalizador de cuanto reprimimos a plena luz del día.

Con esto, no trato de justificar a los bárbaros, mediocres agricultores del insulto fácil y la agresión barata, fanáticos sectarios de sus escalofriantes y cuadriculadas mentes, que jamás saldrán de su cubil.

Hablo de esa otra forma de sentirse libre, dentro del erotismo creativo, que huya de la fotografía políticamente correcta, que se adentre en lo feo como forma de belleza, en el labio arrancado, la nostalgia de la mano que ya nunca nos masturbará, el deseo salvaje y primitivo de tener entre las piernas la furia que nos estrangule con tanto deseo que desmayemos, sin oxígeno, de tanto amor, aunque este dure un par de horas o sea imaginario".

Fuera máscaras

Fuera máscaras

¿Por qué?
Porque me apetece...