Luz viva
Suerte que aún te recuerdo.
Eres mi forma de no masticar la soledad estos días.
Olvido que la tierra gira, se desploma, mata, sabe a hierro, duele... La amenaza de la oscuridad es llevadera dibujando tu silueta en el cristal de la ventana. Dejo que la luz pase a través del contorno de tu cuerpo; cambiando a lo largo del día... la que más me gusta es la luz de poniente, roja, imita el latido, el color de tus labios, el dolor de la carne.
Tu figura atravesada por la luna, reflejada en mi piel, tocándome, sin poder atraparla.
Lamo el cristal helado deshaciendo tu recuerdo. La noche me sabe a plomo y lágrimas, el mismo sabor que tenían tus besos.
3 comentarios
Adúlter -
Anónimo -
(La ausencia de tus labios...)
L
Un silencio que no calla -