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Rouge, vermelho, red, أحمر , rosso, rot, rojo

Krasota (Belleza)

Krasota (Belleza)

Podríamos hacer un extenso tratado sobre la belleza cabalgando en círculo alrededor de un concepto aún por definir. Me remito a las palabras de Tolstoi :

"Como sucede siempre, cuanto más confusas y nebulosas son las ideas sugeridas por la palabra, con más aplomo y seguridad se emplea esta palabra y se sostiene que su sentido es demasiado claro, para que valga la pena de definirlo. Esto es lo que ocurre de ordinario en los problemas religiosos, y también ocurre con esta concepción de la belleza. Se admite como fuera de duda que todos saben y comprenden lo que significa la palabra belleza. Y sin embargo, la verdad es que no sólo no todos lo saben, sino que, a pesar de que se han escrito montañas de libros acerca de tal asunto, desde hace ciento cincuenta años (desde que Baumgarten fundó la estética en 1750), la cuestión de saber lo que es la belleza no ha podido ser resuelta todavía, y cada nueva obra de estética da a tal pregunta una respuesta nueva."

Soy partidaria de guardar cierto respeto a aquellas palabras con las que aludimos a la grandeza. Por ello, me siento realmente fascinada con la capacidad humana de crear más allá de su propio entendimiento. ¿Para qué preguntarle a un escritor cómo consigue dar tan bella forma a las palabras o a un pintor cómo transforma los colores en una obra de arte? A menudo leo en prensa entrevistas a músicos, bailarines, pintores, poetas... en los que pecan de intentar desenmarañar el concepto de Arte con un fatídico final. Un deplorable resultado consecuencia del intento de simplificar para posteriormente masificar el Arte, la Gracia, la Belleza... posiblemente ya estaréis pensando que soy la primera que cae en lo que critica, pues mis posts con frecuencia (por no decir casi siempre) hablan de sentimientos a los que sobran las palabras. Pues sí. Me reconozco culpable. Por ello quiero curarme en salud declarando que mi blog no es más que una mera simplificación de la dimensión humana, la cual no quiero desnaturalizar a base de palabrería. Por tanto, pido perdón por las veces en las que os haya hecho vomitar o apagar el ordenador de aburrimiento. Pero también cabe defender las propiedades terapéuticas del arte que, aunque no justifica aberraciones, hace comprensible cierta decadencia que, admitámoslo, también forma parte del hombre.

 

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